La Ciudad de Dios de Villa de Leyva

 Un día, movidos por la fuerza del Espíritu que nos empujaba a realizar alguna obra en bien de los desplazados y de los pobres del Señor, sin contar con recursos económicos ni claridad en el camino a seguir,

sembramos con los novicios carmelitas una semilla del Reino de Dios entre los pobres de Villa de Leyva y esa semilla creció, sorprendentemente, a partir del 19 de marzo del 2003 cuando inauguramos la Ciudad de Dios de Villa deLeyva.  Ahora es una obra  gigante, sin que logremos darnos cuenta exacta de la magnitud de esta Ciudad de Dios.

Su arquitectura es muy bien diseñada e incluye además: Vivienda para varias familias en dificultades. El Centro Cultural san juan de la cruz con museo paleontológico, biblioteca y aula de reuniones. La Ermita de san Francico para la escucha de las personas y la reconciliación. Tres casas: La Casa Madre Cristina, El Portalde San José y la Casa la DivinaMisericordia, para albergue de las personas que vienen a retiros espirituales. Casa el Buen Samaritano, lugar de paso para acoger los pasientes pobres que salen del hospital. La gruta de la Virgen de Lourdes, lugar de oración para los efermos.. El Rincón de San José inaugurado el 1 de mayo del 2013 como recuerdo de los 10 Años de la Fundación. La granja San Isidro Labrador que nos pone en contacto con los animleas y la naturaleza.

  1. Cuenta con una amplia Capilla de la Sagrada Familia, lugar que concentra a los habitantes y visitantes de la Ciudad de Dios, para celebrar la fe, la esperanza y el amor.
  2. El Jardín del Niño Jesús, que atiende 105 niños en edad preescolar con edades entre 2 y 5 años, de estratos 1 y 2.
  3. Sala-Cuna Santa Teresita, que atiende 25 niños, recién nacidos y hasta 2 años, hijos de madres cabeza de familia que tienen que trabajar para sostener su hogar
  4. Casa de Abuelos el portal de San José, que alberga 12 abuelos , provenientes de los campos y de los estratos más pobres.
  5. Hogar Petit-Belén que brinda hogar a niños abandonados, en dificultad, o en estado de riezgo.
  6. Una Comunidad de religiosas, Carmelo Apostólico Nuestra Señora de Belén; hermanas venidas de Francia, con el carisma de servicio a niños y abuelitos necesitados.
  7. Una Comunidad de Frailes Carmelitas Descalzos, que viven en el Monasterio San José Obrero.
  8. Una comunidad de Carmelitas Laicas de San José. 

Decía Jesús: “El reino de los cielos es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma” (Mc 4,26-29)


 

En el año 2005, la madre María Teresa Morinier, la Hna. María Verónica y el P carmelita Dámaso Zuazúa vinieron por primera vez a Colombia para conocer este lugar donde hoy se encuentra plantada nuestra Ciudad de Dios de Villa de Leyva.

 

En ese entonces nos parecía casi imposible que ellas pudieran venir de manera estable a vivir con nosotros, dado el reducido número de hermanas que conformaban la Congregación del Carmelo Apostólico de Nuestra Señora de Belén y la avanzada edad de algunas de ellas. Pero como para Dios no hay nada imposible, el milagro se realizó. Fundamentadas solo en la fe y confianza en el Señor, se lanzaron, después de orar y discernir comunitariamente, a esta loca y divina aventura de plantar el carisma en tierras colombianas; y hoy, después de 8 años de haber llegado oficialmente a vivir con nosotros, tenemos la alegría de bendecir e inaugurar la Casa Nuestra Señora de Belén, con la cual se perpetúa la presencia de las hermanas entre nosotros y se garantiza la asistencia amorosa y misericordiosa de muchos niños que, carentes de las condiciones necesarias para un desarrollo integral y armónico, van encontrando en el regazo de la Congregación un espacio digno y amoroso para irse formando como personitas, como niños felices, como seres humanos que van recobrando la dignidad de hijos de Dios.

 

“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. Esta es una bella obra, muy amada por Dios ya que es un signo de su acción misericordiosa en bien de los más necesitados. Su complacencia nos la ratificó a través del Arco Iris, que es un signo concreto, mediante el cual el Señor nos ha manifestado su cercanía y compañía en diferentes momentos.  Hoy hace dos años, estábamos en Francia participando de la realización del capítulo general de la Congregación y recibimos la alegre noticia de la aparición de un bello arco iris sobre la Ciudad de Dios de Villa de Leyva, coincidiendo con el inicio de la construcción de la Casa Nuestra Sera de Belén.  El día 2 de agosto, día en que se acordó la entrega de la obra por parte de los obreros y maestros y profesionales que intervinieron en la construcción, al salir de la eucaristía de las 7:40am, pudimos ver sobre el firmamento la aparición de otro arco iris, que muy pronto desapareció, signo que leímos como la presencia de Dios entre nosotros y complacencia con la obra.

 

Ha sido un esfuerzo muy grande de parte de las hermanas y de muchos benefactores para que hoy podamos disfrutar de esta hermosa casa, por lo que pedimos al Señor que concluya y lleve a feliz término la obra que él mismo ha comenzado, a la vez que imploramos que envíe obreros a su mies, muchas vocaciones para el Carmelo Apostólico, para llevar adelante la misión que se le ha encomendado a la Congregación.

 

Agradecemos de corazón a las hermanas por toda su ayuda, amistad y cariño, a la vez que hacemos memoria de manera particular de todas las hermanas mayores que desde Francia nos acompañan permanentemente con su oración y su intercesión ante el Señor. Para ellas nuestro recuerdo agradecido y nuestro abrazo fraterno.

 

Muchas gracias a todos los que comparten con nosotros esta alegría y esta celebración de familia. Gracias por sus aportes concretos, cada uno desde sus posibilidades. El Señor ha ido construyendo su casa y por eso los albañiles nos alegramos de la obra de Dios entre nosotros. Continuemos colaborando con Jesús en la implantación de su Reino entre nosotros, procurando dar cada uno lo mejor de sí mismo en bien de los demás, y así encontraremos nuestra felicidad, pues como dice la Escritura: “hay más alegría en el dar que en el recibir”.


 

MARIÁPOLIS  en la Ciudad de Dios de Villa de Leyva

23 al 27 de junio de 2014

Dios ha querido regalar a la Iglesia y a la humanidad, en estos tiempos difíciles que vivimos todos, el carisma de la Unidad, fruto de la vivencia en concreto del amor, promesa de Jesús de que cuando “dos o más se reúnen en mi nombre allí estoy yo”. Esto genera la experiencia del amor recíproco, haciendo que cada uno esté dispuesto a amar, amar siempre, amar inmediatamente, amar con gozo. No es un amor cualquiera, es amar con el amor de Jesús estando dispuestos a amar como él, es decir, amar hasta el extremo entregando la propia vida para que el otro tenga vida en el Señor. “amaos los unos a los otros como yo os he amado”, nos dice el Señor. Este es un gran reto y propuesta de vida y paz para toda la humnidad
Chiara Lubich ha sido la elegida por Dios para ser depositaria de este carisma que bien supo transmitir a todos, desde su vida, testimonio y desde una palabra ungida que permeó el corazón y la estructura de iglesias, instituciones, religiones diversas e incluso espacios conformados por personas no creyentes.

Con sorpresa y mucha alegría recibimos la visita y propuesta de un grupo de focolarinos para hacer la Mariápolis de este año en nuestra Ciudad de Dios de Villa de Leyva. No sabíamos cómo iba a ser posible acoger a tanta gente, pero el milagro del amor y comunión todo lo logran.
Con inmensa alegría y gratitud hemos recibido alrededor de 200 personas venidas de diferentes lugares de Colombia y de otros países para celebrar la Mariápolis.
La Ciudad de Dios ha sido adoquinada y justo ha coincidido la terminación de las obras con este evento, de tal manera que todo ha transcurrido en mucha armonía, paz y belleza. Los espacios de la Ciudad de Dios han resultado hermosos, amplios y acogedores.

Todo ha estado perfectamente coordinado. Los focolarinos responsables de cada aspecto han respondido con inmenso amor y profesionalismo, de tal manera que todo fluía con naturalidad, armonía y belleza. Es impactante escuchar los diferentes y ricos testimonios de todos los participantes, entre otros, la presentación que los miembros que conformamos la Ciudad de Dios fueron narrando, refiriendo la manera cómo el Señor los fue trayendo a la Ciudad de Dios para vivir esta experiencia de amor y comunión. Muy hermoso el testimonio de grandes y pequeños, regalándonos sus vivencia cotidianas y también la manera cómo vivieron su Mariápolis en este lugar y lo que Dios había hecho en sus vidas en estos días de aprendizaje y comunión
Con gran cariño les compartimos las ya tradicionales empanadas de la Fundación Santa Teresa de Avila, que se venden los domingos a la salida de las misas en la iglesia del Carmen, y que han sido una bendición de Dios como fuente de ingresos permanente para el desarrollo de esta obra. Al parecer les encantaron a todos. Ha coincidido la realización de la Mariápolis con la realización del Mundial de Futbol. En familia vimos el partido de Colombia contra Uruguay en entre todos hemos compartiendo las emociones y alegrías de este acontecimiento, incluído un testimonio hermoso de Susana, focolarina uruguaya, que celebró con nosotros esta gran expectativa, afirmando con certeza las palabras de Chiara: “amar la tierra del otro como si fuera la propia”
Nos quedó una sensación muy grata de la presencia de los focolarinos en la Ciudad de Dios, sintiendo que fue el paso del Señor por nuestras vidas, dejándonos y un sentido de comunión grande entre nosotros.
Entre otras cosas, con generosidad nos dejaron un buen aporte económico, que nos sirvió muchísimo, justo para pagar la nómina de ese mes, pues de lo contrario no habíamos tenido con qué cubrir este gasto. San José siempre se las arregla para ayudarnos.
Damos gracias a Dios por regalarnos esta bella vivencia de comunión y unidad y la presencia de nuestros hermanos focolarinos que tanto bien hacen a nuestro espíritu, recordándonos lo esencial en la vida que es la vivencia del amor.

 

 

Etiquetas: ciudades de dios