La Ciudad de Dios San José de Tadó

El pasado 14 de abril, del presente año 2013, Monseñor Julio Hernando Garcia Peláez, obispo de la Diósesis de Itsmina-Tadó inauguró solemnemente La Ciudad de Dios, San José de Tadó, en el departamento del Chocó.

La Eucaristía, en la Parroquia de La Santìsima Trinidad, fue concelebrada, además de Monseñor Hernández García y su Vicario Episcopal , por el párroco, padre Ernesto Zapata y el padre José Arcesio Escobar, director de la Fundación Santa Teresa de Ávila. En ella estaban presentes, las hermanas Carmelitas Misioneras, fundadoras de la Ciudad de Dios de Tadó y las consejeras de la Provincia de Medellín, quienes serán las encargadas de administrar esta primera Ciudad de Dios nacida en el Chocó. También se hicieron presentes el director de la Fundación Construímos, Juan Carlos Mosquera y su padre, Jairo Mosquera.

Son proyectos de la Ciudad de Dios San José de Tadó:

  • Proyecto arquitectónico: Iglesia Casa de Hermanas, auditorio, sala de escucha, casa de retiros, jardín de niños, trabajo con los Afro.
  • Talleres
  • Convivencias
  • Jardín infantil

VISITA CIUDAD DE DIOS SAN JOSE DE TADÓ 

23 al 27 junio de 2014

Hemos realizado un viaje corto e intenso, lleno de experiencias y de mucha vida en el Señor, aún en medio de la pobreza, carencia y alegría de la gente chocuana.

Es bonito volver al Chocó y encontrarse con los hermanos que hacen el camino en el Señor en tierras tan necesitadas y olvidadas de muchos. 
Encontrarnos con el Padre Ernesto Zapata, párroco de la Parroquia de la Trinidad, es toda una alegría, dada su gran acogida, su cercanía, fraternidad y calor humano. Nos hospedó a Juan Carlos Mosquera, director de la Fundación Construimos y a mí en su casa parroquial, con todo dispuesto para nuestra llegada. A Elena Correa, encargada del registro fotográfico, la hospedaron las hermanas Carmelitas Misioneras en su casa.

Nos llenó el corazón de alegría encontrar a las hermanas contentas, enamoradas de lo que Dios está haciendo en ellas y a través de ellas en tierras chocuanas. Allí nos esperaba la madre provincial de la provincia El Sagrado Corazón, Ana Delfa, que vino expresamente desde Medellín para este encuentro con nosotros; también estaban las hermanas Martha y Carlota ya que la hermana Cruz Elena se encontraba en recuperación en Medellín, después de una cirugía de columna.

Se percibe todo el amor que la gente le profesa a las hermanas y lo importante de su experiencia contemplativa y misionera en este lugar. La gente las quiere y las busca. Saben que son hermanas que oran y acogen a todos. Su presencia en la parroquia es todo un signo de la vida sencilla de Nazareth en medio de los pobres. Llama la atención, la comunión y fraternidad que se vive entre las hermanas y el párroco, y de éstos con la gente; relación que expresa la comunión de Iglesia, como lo soñaba el Padre Francisco Palao, fundador de las Carmelitas Misioneras. 

En medio de un torrencial aguacero que duró más de 24 horas, equipados con capas y botas pantaneras, recorrimos algunos lotes de tierra para concentrarnos finalmente en aquél que será la sede de la Ciudad de Dios en este lugar. En compañía del señor Demóstenes y algunos ingenieros recorrimos los espacios disponibles y finalmente logramos definir uno de buena extensión y ubicación estratégica por quedar a borde de carretera y a la vez aislado del ruido de la Ciudad. La Fundación Construimos comprará tres hectáreas de tierra para el desarrollo de la Ciudad de Dios, en la cual estarán incluídas unas 100 viviendas para los más pobres entre los pobres. Al final quedamos contentos de la elección del terreno que hicimos, en compañía de las hermanas, el Padre Ernesto y el equipo de visitantes. Es un terreno hermoso, bien comunicado, cerca a la Terminal de Transporte y a la Casa de adultos mayores. La vista y los paisajes son magníficos ya que queda sobre una pequeña especie de meseta que mira hacia la Ciudad de Tadó, bordeada por un pequeño riachuelo que le dará vida y belleza a la Ciudad de Dios.

Tuvimos la oportunidad de reunirnos con el Obispo Julio Hernando García en su despacho de Itsmina y luego en su casa, donde fuimos invitados a almorzar, almuerzo preparado por todos y muy especialmente por el Señor Obispo que tiene dotes culinarias y una capacidad de servicio extraordinaria.

Firmamos los documentos correspondientes a la creación de la Fundación Ciudad de Dios san José de Tadó: el Señor Obispo en representación de la Diócesis; la Hermana Ana Delfa, en representación de las Carmelitas Misioneras; Juan Carlos, en nombre de la Fundación Construimos y José Arcesio Escobar como representante de la Fundación Sata Teresa de Avila.

El miércoles 25 de junio visitamos Puerto Meluc, poblado que se ubica en medio de la selva y a orillas del río Baudó. Allí fuimos acogidos muy amablemente por el párroco, quien además es el Cansiller de la Diócesis, él mismo nos llevó en su carro y así nos sentimos muy seguros, pues los grupos armados, que hacen presencia en la zona, respetan a la Iglesia y a aquellos que la representan o vienen en su nombre. Como anécdota cuenta que en algún momento pararon en la carretera a quienes iban con el Señor Obispo y pidieron que se identificara. El Señor obispo fue conducido por los guerrilleros hacia un lugar alto de la montaña. Los nervios comenzaron a apoderarse de todos, temiendo por la vida de Monseñor Julio Hernando. Pero sucedió que al llegar al campamento encontró unas canecas llenas de agua y los guerrilleros le pidieron que les bendigera esa agua. Luego le devolvieron al grupo que viajaba. En otra ocasión un guerrillero se hizo presenta en la casa cural y preguntó por el Padre Ernesto quien salió a atenderle. El guerrillero le expresó el motivo de su visita: “Vengo para que me regale una de esas cadenitas que usted regala”. Se trataba de unos rosarios que estaba regalando el padre. 

…..Nos recibió también en Puerto Meluc el Señor alcalde quien fue muy deferente con nosotros y nos ofreció adjudicarnos un buen lote de tierra para la realización de un proyecto de vivienda de casas de madera, al lado de lo que será el hospital y un colegio que piensan construir.

Puerto Meluc es una población extensa, cabecera del municipio. Allí encontramos a los indígenas Embera Katíos, dado que el obispo nos pedía estudiar la posibilidad de encargarnos, con algunas hermanas, de la atención de los niños indígenas del Medio Baudó, que llegan por el río hasta Puerto Meluc, enfermos, y muchos de ellos nunca regresan a su casa dado que la muerte arrebata sus vidas sin clemencia a muy temprana edad.

Muchísimas posibilidades de trabajo pastoral encontramos en esta tierra de fe, esperanza y grandes necesidades.

Nos ponemos en manos del Señor para que Él guíe nuestros pasos y nos conduzca según su voluntad, colocando las personas y recursos suficientes y necesarios para poder ser canales de gracia y amor de Dios para los hermanos más necesitados del Chocó Colombiano.

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