“ENTRA EN TU CASA CON GOZO Y BENDICIÓN”
Tobías 11,17
Esta es la acogida que la comunidad Nazareth de Carmelitas Misioneras ofrece siempre a quienes nos visitan.
Estamos viviendo la alegría de experimentar la Providencia de Dios desde el día 25 de marzo, fecha memorable de la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de María, fecha en que llegamos a esta tierra santa.
Queremos compartir con ustedes algunos de tantos momentos bellos de la inauguración del inicio de esta Ciudad de Dios de la Gloria, celebrados el 5 de abril de 2014.
Comenzamos con los preparativos: organización de la liturgia, arreglo de capilla “San José”, el oratorio de nuestra comunidad Nazareth para recibir el Santísimo; para todo esto contamos con la colaboración de los arquitectos: Bernardo, Melva y Andrés; el maestro de obra Campoelías, y los trabajadores de la obra. Rosita se encargó de la recepción e invitados; juntos se esmeraron por tener todo a punto y con inigualable calidad humana y profesional. También Juan Carlos Mosquera director de la Fundación Construimos, estuvo pendiente de dotar de colchonetas, sábanas y todo lo necesario para recibir la visita del Padre Arcesio Escobar y los 6 misioneros italianos que llegarían a conocer esta nueva presencia. Agradecemos a nuestras hermanas Carmelitas Misioneras presentes en Bogotá, Cota y Cajicá quienes nos ayudaron a equipar de lo necesario la Ciudad de Dios.
Contamos con la ayuda de personas de la parroquia como la Sra. Nidia Fonseca y su esposo, quienes nos guiaron en la compra de los arreglos florales que engalanaron la celebración. Y cómo no destacar la acogida del párroco, Padre. Juan Abelardo López, quien siempre está dándonos la bienvenida y valorando enormemente la presencia de la Ciudad de Dios como un nuevo rostro de Iglesia.
Gracias al amor y dedicación de todos llegamos con emoción y alegría a las vísperas de la inauguración. En compañía de los padres Carmelitas Descalzos: Arcesio y Fabio, los laicos misioneros italianos del Movimiento Eclesial Carmelitano: Mechele, Claudia, Tommaso, Davide, Diego y Elena (Comunicadora y periodista), celebramos en la intimidad del oratorio de nuestra comunidad la primera eucaristía, nos sentíamos en “tierra santa”, recogidos en el amor de Dios, con los mismos anhelos de solidaridad y fraternidad, dando gracias a Dios Comunión por este proyecto salido de su corazón para beneficiar a 124 familias en situación vulnerable. Pudimos expresar nuestro compromiso y opción desde el evangelio por trabajar en pro de la familia, célula vital de la Iglesia y sociedad. Así es Nazarteh; vivir en lo cotidiano el servicio silencioso y fecundo del amor, con esperanza y creyendo que el amor transforma y hace nuevas todas las cosas. Con esta alegría nos fuimos a descansar.
Amanece el día 5 de abril, día memorable para la Ciudad de Dios de la Gloria. Comienzan a llegar los invitados: Carmelitas Misioneras, Carmelo Misionero Seglar, amigos y amigas de las Ciudades de Dios presentes en Colombia, Familias Beneficiarias, Miembros de la Fundación Construimos, Hnas. Del Carmelo Apostólico de Belén, Carmelitas Laicas de San José, Hnas. Dominicas de la Presentación, Laicos comprometidos, Monseñor Francisco Niño, el P. Juan Abelardo López, la familia Mosquera, personas de la parroquia Presentación de Nuestra Señora, entre otros.
Fueron muy importantes las palabras de Monseñor Francisco Niño quien expresó que “la Ciudad de Dios es la nueva Jerusalén, donde los preferidos de Dios: los pobres, pueden celebrar y encontrarse con el Dios de la vida, en medio de este valle de lágrimas en que se ha convertido el mundo. Ojalá existan muchas más Ciudades de Dios”. Otro momento bello fue la bendición del Sagrario; contemplar 130 personas de rodillas ante Jesús Sacramentado, reconociendo y adorando su presencia en esta comunidad naciente, sedienta de Dios, necesitada de escucha y de misericordia.
Este fue uno de los días más bellos de la vida para muchos de nosotros; ver hecho realidad un sueño, construido y cuidado con cariño, sueño que también ha implicado sacrificio, afrontar dificultades, incomprensiones, pero al mismo tiempo, tantas alegrías; conocer personas e instituciones con corazón solidario, encontrar hermanos y hermanas enamorados de Dios, deseosos de hacer su voluntad; comprometidos con el Reino de justicia, fraternidad, paz y vida abundante para todos. En este día grande, ha quedado Jesús Sacramentado presente en la Ciudad de Dios de la Gloria; Él es la piedra fundamental que da solidez a este gran edificio, y ha llegado para quedarse y alimentar la vida de la comunidad Nazareth y la vida de cada persona y familia que llega a saciar su sed de verdad, de amor, de dignidad, de reconciliación, de cobijo y protección.
Cada persona que pisa este lugar, descubre, que Dios lo ha dispuesto todo para que viva aquí, se sienten felices y privilegiados de haber conseguido, además de una vivienda propia, la oportunidad de crecer en comunidad, de poner al servicio de los vecinos sus talentos y tiempo. Este es el mayor regalo, cada quien descubre su vocación de servicio. Surgen espontáneas actitudes de pertenencia: “¿en qué puedo colaborar hermanitas?... cuenten conmigo vecinos”; actitudes de liderazgo y emprendimiento, y ya empieza a llamar el Señor Jesús a nuevas jóvenes a discernir su vocación.
En fin, podemos proclamar con el salmista: “Grande es el Señor, y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, su nombre santo altura hermosa, alegría de toda la tierra…. Lo que habíamos oído lo hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios: que Dios la ha fundado para siempre” (Salmo 47).
Comunidad Nazareth de Carmelitas Misioneras
La Ciudad de Dios de la Gloria, Bogotá Abril 23 de 2014