Cuando permitimos que el Señor pinte bondad en nuestro corazón, entonces…
Don Elcías Correcha, vive solo y cuida una casita de una señora de Neiva. Se dedica a vender algunos aguacates que le regalan, a hacer algún trabajo de limpieza de hierba en algún solar, de llevar abono de un lugar a otro.
Esa es su fuente de recursos económicos. No tiene ningún familiar que se preocupe por él.
Nos ponemos los zapatos de los que cuentan con menos y nos damos cuenta cómo viven…
“Nero” llamado así, él comenta que no es su nombre pero no sabe exactamente cómo se llamaba. Hace años le quemaron su casita y quedó sin nada e incluso sin identificación.
Él mismo se construyó su casita. Es una única habitación donde tiene el fogón, una camita tan pequeña que sólo le permite dormir sentado y lo que le ocasiona muchas veces el tener las piernas hinchadas.
Tiene un pequeño terreno donde cultiva caña de azúcar y un palito de guayaba. No tiene ningún familiar que se preocupe por él.
Cultivamos amistades. Nuestras otras dos abuelas, Doña Cristina y Dña Leticia.
Principalmente Doña Cristina pasa por la casa a darnos un saludito y después continúa su camino.
Doña Leticia con un palito como bastón está más impedida para moverse y por eso salen siempre juntas.