Cheque de un millón

En esta sección de testimonios,  daremos cuenta de los acontecimientos que son sorprendentes y que en la Ciudad de Dios, en realidad no son extraordinarios porque suceden casi a diario. 

Presentamos  uno de ellos, narrado por el padre José Arcesio Escobar, sacerdote carmelita,  director de la Fundación y creador de todo el proyecto de las Ciudades de Dios:

“El 23 de noviembre de 2013, después de un matrimonio que celebré, encontré en la Ciudad de Dios a los obreros esperando el pago de la quincena.  Vine con ellos a nuestro monasterio San José Obrero para pagarles y aclaro que tenía justo el dinero requerido para la quincena de ellos.   Repentina e inesperadamente, apareció también el Señor Marcos, constructor de canales para los tejados, que venía a cobrar un millón de pesos por la compra de un material del “duomo” de la casa El Buen Samarita.  Por lo que acabo de decir, yo  no tenía ese millón de pesos.

 De reojo yo miraba a don Marcos mientras pagaba a los otros obreros en el corredor del monasterio y con preocupación le  iba preguntando mentalmente a San José: ¿qué hacemos con don Marcos?,  ¡oh Dios mío!  Estando en esas, pasó un grupo  con  personas que venían a conocer la Ciudad de Dios y eran conducidas por Fabiola Giraldo, Carmelita Laica de San José, quien les estaba haciendo el recorrido por los diferentes espacios de la Ciudad de Dios.  Yo les saludé y les dije que en seguida iría a buscarlos cuando terminara de pagar a los trabajadores.

 Ya casi terminaba de pagar  y don Marcos  seguía ahí esperando  mientras  yo le preguntaba una y otra vez  a San José… ¿qué voy a hacer con don Marcos? … Cuando solamente faltaban dos trabajadores para recibir su pago, se devolvió, del grupo que guiaba Fabiola, un señor con su secretaria y una chequera en la mano.   Sin que yo le dijera alguna palabra, elaboró un cheque de un millón de pesos y me lo entregó como aporte para cualquier necesidad, e  Inmediatamente se fue a seguir el recorrido con las demás personas.  Oh!...  ¡Cuánto alivio Dios mío!

Le endosé   el cheque al señor Marcos y con alegría, despedí a todos los obreros dando gracias a Dios, pues una vez más nos había dado justo lo necesario pagarles a todos.”

Fray José. OCDCheque