HIMNO DE RESURRECCIÓN

Estaba al  alba María

llamándole con sus lágrimas.

 

Vino la Gloria del Padre

y amaneció el primer día.

Envuelto en la blanca túnica

de su propia luz divina

_ la sábana de la muerte

dejada en tumba vacía _,

Jesús, alzado, reinaba;

pero ella no lo veía.

 

 

Estaba al alba María

la fiel esposa que aguarda.

 

Mueva el Espíritu al aura

en el jardín de la vida.

Las flores huelan la Pascua

de la carne sin mancilla,

y quede quieta la esposa

sin preguntas ni fatiga.

¡Ya está delante el esposo,

venido de la colina!

 

Estaba al alba María

porque era la enamorada.  Amén