MARIA MAGDALENA
La prostituta revirginizada por el amor del Señor (Jn 20,1. 11-18)
Villa de Leyva, 22 de julio de 2017
El amor transforma y recrea a los seres humanos en su propia verdad; verdad que descubren cuando se sienten amados y liberados de los ropajes impuestos por la sociedad y la historia y que han tenido que asumir a lo largo de la vida, para sobrevivir. Al sentirse amados por Dios y aceptados por Él, se descubren acogidos gratuitamente, a la vez que sienten la necesidad de vivir en libertad, de ser ellos mismos. Desde allí comienza todo un proceso de desarme del corazón y de las apariencias, para terminar de rodillas ante el Señor, recibiendo todo su amor, agradeciendo la gratuidad de ese amor y aceptándose a sí mismos, sintiéndose reconocidos como personas y valorados en su esencia, en su riqueza innata, don gratuito de Dios al crearlos.