TENEMOS EN EL MEC UN GRAN ALIADO
TENEMOS EN EL MEC UN GRAN ALIADO
Otro gran aliado de la Fundación Santa Teresa de Ávila, en su Proyecto de Ciudades de Dios, es el MEC. Éste, desde Italia, nos da todo su apoyo espiritual y material, no solo con la financiación de algunos proyectos, síno con la asistencia personal de sacerdotes y laicos comprometidos que vienen desde su país para donarse espiritual y materialmente en algunas de las Ciudades de Dios.
El Movimiento Eclesial Carmelitano (MEC)
Como su nombre lo indica, es un Movimiento no tanto de carácter social, como sí de orden teológico e histórico eclesial puesto que quiere participar de él mismo como “movimiento” de Dios Padre de amor, que en el Hijo y el Espíritu Santo, se encarna y hace historia en el mundo. La Iglesia, a su vez, es el canal para llevar ese amor a todas las personas; de ahí el Movimiento. Mediante el don del carisma recibido, el MEC quiere ser un "spiritual home", acogedor y dinámico en el que el amor de Dios se convierta, para cada uno, en algo tangible y cercano, recibido en una comunión real que al mismo tiempo invita a un fuerte movimiento de amor al prójimo.
Eclesial: la experiencia del MEC se define como "la iglesia". Expresa una rama de la misma y profesa un sincero amor por ella, reconociéndola como Madre; contribuye al regalo de su "comunión" y servicio. En cumplimiento de su misión, los participantes del MEC, permanecen atentos a las necesidades de la Iglesia, a los dramas que enfrenta y cultivan permanentemente el celo por la evangelización.
Carmelitano: habla de un carisma que tiene más de 800 años de vida, hasta ahora referido casi de manera exclusiva a consagrados, hombres y mujeres. Pero, el MEC, se abre a una nueva forma de participación de los laicos, según su identidad específica en la iglesia, en comunión con los religiosos. Este Carisma es otro regalo del Espíritu para vivir nuestro bautismo; para amar a Cristo más y más, según un aspecto particular de su misterio y para construir su iglesia. El carisma carmelitano, de la manera típica como se experimenta en el MEC, se concreta en la educación de los cristianos para averiguar donde se esconde el misterio de Dios uno y Trino y vivirlo íntimamente; capacita a las personas para llegar a las profundidades de cada corazón y entender, desde el Señor, todos los acontecimientos y a todas las realidades. La experiencia de llegar a la profundidad de la propia singularidad en la oración y en la vida, se convierte en el principio de máxima apertura misionera.
Los santos del Carmelo han reconocido en el corazón de la Iglesia una “morada de las vocaciones “ que genera la más íntima expresión del amor y el MEC quiere asumir todos los regalos institucionales y carismáticos que ofrece la iglesia, aceptando y respetando, en particular, las diversas vocaciones y estados de vida, en su identidad específica. Se dirige principalmente a los laicos, porque es a través de ellos que la iglesia debe estar presente y activa en el mundo.
Su fundación y expansión
El MEC fue fundado en 1993 por el padre Antonio Maria Sicari, Carmelita Descalzo, de la provincia de Venecia, Italia, con el fin de propiciar una experiencia de comunión entre religiosos y laicos, de tal manera que, respetando sus diferentes vocaciones, pudieran compartir juntos la riqueza del carisma carmelitano. Ahora, el Movimiento Eclesial Carmelitano se ha extendido a muchas ciudades de Italia y en el extranjero. Está presente en Líbano, Rumania, Letonia, Bélgica, Estados Unidos y Colombia. El 16 de julio de 2003 fue reconocido como Asociación Privada de Fieles, por el obispo de Brescia.
El MEC y la Ciudad de Dios Niño Jesús de Praga
Gracias a que el carisma de la Santa Madre Teresa nos cobija a todos, las Ciudades de Dios tienen el privilegio en Colombia de compartir proyectos con el MEC. Muy recién creada la Ciudad de Dios del Niño Jesús de Praga en Norcasia, departamento de Caldas, sus misioneros llegaron de Italia a compartir sus experiencias con los jóvenes campesinos.