15 AÑOS DE LA FUNDACIÓN SANTA TERESA DE ÁVILA, CONSTRUYENDO UN CIELO NUEVO Y UNA TIERRA NUEVA
El pasado 19 de marzo, la FUNDACIÓN SANTA TERESA DE ÁVILA, de los Padres Carmelitas, celebró 15 años de trabajo espiritual y social a través de su gran proyecto Ciudades de Dios.
Su Historia:
En el día de San José, 19 de marzo del año 2003, la Provincia de Santa Teresita del Niño Jesús, en Colombia, creó la Fundación Santa Teresa de Ávila, con dos grandes objetivos: el primero, ofrecer a los más POBRES Y necesitados, educación, vivienda y empleo; y el segundo, enseñar a los novicios el trabajo con los pobres para aprender a compartir con ellos sus sufrimientos y alegrías, pero también, acompañarlos y guiarlos en un camino espiritual.
Los principios de la Fundación se inspiraron en la doctrina teresiana con todos los postulados de la Santa Madre, en su enseñanza de OBRAS QUIERE EL SEÑOR y que, TODOS HAGAMOS ESE POQUITO DEL QUE SOMOS CAPACES.
Y como la misma madre lo aconseja, “pusimos a San José a dirigir todo un proyecto que no era nuestro sino de él, para su hijo JESÚS; EL SEÑOR.”
La Ciudad de Dios de Villa de Leyva:
Para cumplir con el propósito de ofrecer a los pobres, educación, vivienda y empleo, era necesario un terreno amplio, para construir algunas casas y edificios que dieran albergue a las familias, a los niños y a los ancianos. Además, naturalmente, NECESITABAMOS una capilla central PARA CELEBRAR NUESTRA FE Y NUESTRA LITURGIA ORANTE, CAPILLA que nos recordase siempre el corazón palpitante de Dios entre nosotros.
Sin la esperanza de recursos HUMANOS Y ECONOMICOS, pusimos a prueba las palabras de Santa Teresa, y encomendamos a San José la obra, sin tener un peso, o como diría la Santa madre, sin una blanquilla; pero toda la fe y la confianza en EL SEÑOR Y EN la oración.
San José, no podía defraudarnos: milagrosamente, en menos de tres años, sobre los planos generosos del arquitecto Orlando Flórez, le vimos forma y figura a la primera Ciudad de Dios: la Ciudad de Dios de Villa de Leyva. Ésta; obra prodigiosa, alberga a 50 abuelos pobres en dos casas; San José y El Refugio. 150 niños en el Jardín Niño Jesús. 15 bebés pasan el día en la Guardería Santa Teresita, mientras sus madres trabajan. Además, las Hermanas del Carmelo Apostólico Nuestra Señora de Belén, crearon desde el año 2006 el hogar PETIT BELEN para 12 niños desamparados.
La Ciudad de Dios de Villa de Leyva, fue apenas el comienzo de un gran proyecto que cuenta hoy con 25 ciudades de Dios, en distintas regiones del país. A éste se han unido varias comunidades religiosas y laicales que viajaron a Villa de Leyva para presentar ante toda la asamblea un informe completo del cumplimiento de los objetivos propuestos, de acuerdo a la situación particular de cada Ciudad de Dios-.
La celebración fue presidida por el padre José Arsecio Escobar, director de la Fundación Santa Teresa de Ávila, con la participación de la Fundación Construímos y la representación de todas y cada una de las 25 Ciudades de Dios.
En la Misa Solemne, concelebrada por los obispos de Chiquinquirá, Macanal y Puerto Carreño, tomaron hábito e iniciaron su noviciado los 6 primeros Hermanos Carmelitas de San José, comunidad religiosa masculina que hace parte de la Asociación de Fieles de San José. Creada por el Padre José Arcesio Escobar para asistir a las ciudades de Dios.
Carta del General de la Orden de Carmelitas Descalzos, Saverio Cannistrá:
Roma, 19 de marzo del 2018
A los miembros de las Ciudades de Dios
Colombia
Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma,
como para servir al Señor y no a los hombres:
sabiendo bien que recibiréis del Señor en recompensa la herencia.
Servid a Cristo. (Col 3,23-24)
Con estos versículos de la lectura de vísperas de la Liturgia de las Horas de la fiesta de San José, van también mis saludos a ustedes y a toda la Provincia de Colombia, en este día en que celebramos con toda la Iglesia la fiesta del “Providencial Patrono de nuestra Orden”, el cual fue fiel en el servicio a la Sagrada Familia.
La fiesta de este año se reviste de una conmemoración especial: el décimo quinto aniversario de la Fundación Santa Teresa, la cual lleva adelante las obras de las Ciudades de Dios. Como obra social de la Provincia de Colombia, es un buen testimonio de que a partir de la oración deben de nacer obras, según nos enseña nuestra Santa Madre Teresa. Ella en su tiempo oró, sufrió y trabajó por las necesidades de la Iglesia, no ahorrando fuerzas para promover el bien.
Y de su amor profundo por Dios, nació su voluntad de contribuir con “lo poquito que era en ella” para el bien de los demás, pues “quienes de veras aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan siempre y los favorecen y defienden; no aman sino verdades y cosa que sea digna de amar” (Camino 40,3).
Según estas dos referencias teresianas, “las obras cualifican la experiencia orante” y “los que aman a Dios se juntan para procurar el bien”. Me parece que las Ciudades de Dios son de alguna forma frutos de esta experiencia, a la vez que la respuesta que ofrece el Carmelo de Colombia al reclamo del papa Francisco a la Iglesia universal a “no olvidar el vínculo inseparable que existe entre nuestra fe y los pobres”. El servicio a los pobres es una obra de amor, y quienes de veras aman a Dios, con los buenos se juntan para servir, “no tanto a los amigos y vecinos ricos, sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que son despreciados y olvidados, a ellos que hoy y siempre son los destinatarios privilegiados del Evangelio”. Siguiendo el modelo del Divino Maestro, quienes de veras aman deben estar dispuestos a dar la vida por amor, y ayudan a tantas gentes a curarse o a morir en paz, se desgastan en la educación de los niños y los jóvenes, cuidan ancianos abandonados por todos, tratan de comunicar valores en ambientes hostiles... Todo este servicio que implica no poco sacrificio, es signo del Reino que Jesús vino a traer (cf. EG 48 y 76).
Por toda esta obra de amor y de servicio, me uno a ustedes en agradecimiento al Señor por todo el bien que se hace en las Ciudades de Dios; ya que Él es la Fuente de donde procede todo el bien que hacemos (cf. 7 Moradas 2,5). Damos gracias al Señor también por los que llevan adelante este servicio con sus oraciones, con el servicio voluntario, y con el soporte económico de los bienhechores. Particular agradecimiento a los miembros de la Asociación Carmelitas de San José, por su dedicación a tan importante y necesario servicio de misericordia realizado en las distintas Iglesias particulares donde están ubicados.
Pido el Señor que siga sosteniendo esta obra con la intercesión de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, del providentísimo San José y de nuestra Madre Teresa de Jesús.
Fraternalmente,
Fr Saverio Cannistrà OCD
Prepósito general de los Carmelitas Descalzos
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