NOS VISITA EL PAPA FRANCISCO. DEMOS EL PRIMER PASO
Villa de Leyva, 5 de septiembre de 2017
Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Mt 16, 18).
Quien nos visita es el Papa Francisco, pero él es más que el Papa Francisco, es Jesús que viene a Colombia, humilde y pobre, a traernos su presencia a través de un hombre que ha sido escogido entre millones de hombres para representar de manera directa al Señor.
Es verdad que en cada uno de nosotros está el Señor, pero en Pedro y sus sucesores está la figura visible de Cristo, que quiso valerse de las realidades y condiciones humanas para permanecer con nosotros hasta el fin del mundo. Escucho con mucha frecuencia durante estos días una pregunta reiterativa de las personas: “¿Vas a ir a ver al Papa?”. Realmente es ir a ver a alguien más que al Papa, es ir a ver con los ojos del alma a Jesús que viene. Pero no es solo ver, es experimentar el paso del Señor por nuestra vida a través de una figura pobre y limitada, con una palabra normal pero llena de la fuerza del Espíritu, fruto de la oración de millones de fieles que acompañan desde los cuatro puntos cardinales del planeta esta visita, trascendental para muchos, del Vicario de Cristo en la Tierra.
El santo Padre viene como peregrino de paz, de esperanza, de reconciliación y de fraternidad, para ayudarnos a crecer en la fe en Jesucristo y en la relación de hermanos que confiesan a un mismo Dios como Padre. Viene a confirmarnos en la fe para que acojamos la salvación del Señor en nuestro corazón y nuestra vida. Él nos está invitando, en el nombre de Jesús, a “DAR EL PRIMER PASO”. Es una norma de vida, necesitamos siempre dar el primer paso en todo, tomando la iniciativa y siendo los primeros en abrir campos de diálogo, perdón, reconciliación, amor. San Juan de la Cruz lo sintetizaba en una frase: “Donde no hay amor, coloca amor y sacarás amor”. Dar el primer paso en todo como Jesús, que siempre salió al encuentro de todos, perdonándonos incluso antes de pedir perdón, liberándonos y redimiéndonos, amándonos hasta el extremo sin esperar a que nosotros respondamos a esa amistad; Él nos ama gratuitamente y siempre toma la iniciativa de dar el primer paso hacia nosotros y hacia nuestra liberación. Que sea la oportunidad para preguntarnos hoy y mantener esta pregunta de manera permanente en nuestro discernimiento: ¿En qué realidades de mi vida debo dar el primer paso? Después de orar y discernir, ¡demos siempre el primer paso! Esto nos ayudará para la vida espiritual, la vida fraterna, pastoral y en todas las dimensiones de nuestra existencia: DEMOS SIEMPRE EL PRIMER PASO, sin exigir que los demás respondan; hagámoslo de manera gratuita por amor y por el Señor, y así veremos el fruto de nuestro pequeño aporte e intento de ser los primeros en comenzar un proceso de cambio, a partir de iniciativas sencillas y significativas. El Papa nos invita a ser siempre los primeros en amar, creer, perdonar, crear fraternidad, salir al encuentro de los otros, tender la mano a los que nos rodean, comunicarnos signos de paz y de reconciliación. Seamos siempre los primeros en dar el primer paso para expresar el amor y la ternura que recibimos de Dios en la oración y que no puede quedarse guardada dentro de nosotros sino que necesita ser comunicada, a todos, pero con particular cuidado a los pobres y necesitados que Dios nos regala en el camino de la vida.
Oremos por la paz; creamos en la posibilidad de vivir en paz; comprometámonos a construir esa paz de la mano de nuestros hermanos, una paz estable, duradera, que nos ayude a vivir como hermanos, como Hijos de un mismo Padre y hermanos en Jesucristo. Las Ciudades de Dios son lugares propicios para comenzar el proceso de construcción de una armonía y fraternidad sinceras; aprovechemos este gran regalo del Señor y seamos los primeros en dar un paso adelante, aunque nos sintamos incómodos, aunque no sepamos cómo hacerlo, aunque nos dé temor quedar en ridículo o quizás que los otros no respondan; no importa, DEMOS EL PRIMER PASO. Procuremos en todo que Jesucristo, con su Evangelio, sea conocido y amado, vivido y entregado; luchemos para que la palabra “HERMANO Y HERMANA” no sean realidades extrañas a nosotros, sino que todos, sintiéndonos parte de esta familia humana, luchemos para realizar el sueño de Dios de construir una humanidad nueva en el amor y la ternura. Cuidemos nuestros espacios de fraternidad y hagamos que todos los que nos visitan y con quienes nos encontremos se sientan en casa, se sientan tratados y acogidos como hermanos, miembros de nuestra familia. Seamos el consuelo y la ternura del Señor para todos.
Para nosotros es muy diciente que nuestro P. General de la Orden, Saverio Cannistrá, haya escogido el libro de las Ciudades de Dios como regalo significativo, que representara a la Orden del Carmen en su momento actual, para entregárselo al Papa durante su encuentro en el año 2014. Así me lo narró el mismo P. General:
21 de marzo de 2014 10.28am
Queridísimo P. José:
Cuando me enteré del encuentro con el Santo Padre, me he dicho: ¿qué cosa significativa del Carmelo puedo llevarle? Miré entorno y vi dos cosas: el libro de las Ciudades de Dios y un señala libros artesanal con la imagen de Teresa, trabajada en piel, hecha por nuestras monjas de Saint-Sever. Me dije: tomo estas dos cosas. Una habla del bien que viene de la contemplación y la otra de la belleza. Esto es a lo que el Carmelo tiende: a la bondad y a la belleza de Dios. De esto nosotros queremos ser un pálido reflejo.
Para mí ha sido un honor mostrar al Santo Padre lo que estáis haciendo en vuestras fundaciones. Mientras el papa hojeaba el libro delante de mí, me sentía muy contento de ver su interés y su atención por esta realidad nueva del Carmelo.
Soy yo, entonces, quien quiero agradecerte a ti y a todos los hermanos y hermanas de la Ciudad de Dios por cuanto estáis haciendo y viviendo. Que el Señor bendiga vuestra obra y la haga siempre más instrumento de su amor y de su ternura.
Te hago llegar las fotos a través de mi secretario, P Rafael.
Un abrazo
- Saverio
En el firmamento de Villa de Leyva, sobre la Ciudad de Dios, el mismo día en que el Papa Francisco y el P. General se estaban reuniendo en la Ciudad del Vaticano, en Roma, apareció un gigante y hermoso arco iris que cruzaba de lado a lado toda la Ciudad de Dios. Otro guiño que desde el cielo nos hacían para mostrarnos su amor y cercanía en nuestra aventura de Amar, Orar y Servir.
Fr. José Arcesio Escobar E., ocd