14 de diciembre homenaje a San Juan de la Cruz
En el año de 1542, nació San Juan de la Cruz en Fontiveros, Ávila, en el hogar de Gonzalo de Yepes y Catalina Alvarez.
En 1548 fue a vivir a Arévalo, pero tres años después se trasladó con su madre y hermanos a Medina del Campo. Allí, en los primeros años de su juventud, inició estudios de humanidades con los jesuitas; pero fue llamado por el Espíritu al Carmelo, comunidad en la que vistió hábito con el nombre de Juan de San Matías.
Después de su profesión, fue a continuar estudios en la Universidad de Salamanca y el Colegio de San Andrés, de la misma ciudad.
En 1567 se ordenó sacerdote y celebró su primera misa en Medina, lugar de su primera infancia. Ya era un hombre sabio y santo. Al tiempo, Santa Teresa de Jesús adelantaba ya su proyecto de reforma y en ese mismo año se encontraron y hablaron con urgencia de extenderla también al Carmelo masculino. Así, sólo un año después, en Duruelo, empezó la reforma con el Padre Antonio de Jesús Heredia. Allí fue Maestro de novicios y más tarde, también lo fue en los recientes conventos de Mancera y Pastrana.
Siendo Vicario y confesor del Convento de la Encarnación en Ávila, fue llevado preso por los Calzados, a la cárcel de Toledo la noche del 3 al 4 de diciembre de 1577 y allí permaneció hasta la madrugada del 15 de agosto de 1538 cuando se escapó descolgándose por entre una pequeña ventana para ir a integrarse con los Carmelitas Descalzos.
En la cárcel escribió sus mejores poemas de Amor y después de ella completó sus escritos en prosa, en los que se destaca La Subida al Monte Carmelo.
A partir de 1578 trabajó intensamente, desde distintos cargos, en la consolidación de la nueva Orden de Carmelitas Descalzos, su expansión y camino hacia la perfección espiritual. En junio de 1591 asistió al Capítulo General en Madrid, y en medio de nuevas dificultades, cesó en todos sus cargos. En diciembre 14 de ese mismo año, murió a la media noche, en Ubeda.
Su cuerpo fue trasladado a Segovia en 1493. Su obra literaria fue editada por primera vez en Alcalá, en el año de 1618. Beatificado por Clemente X en 1675. Canonizado por Benedicto XIII en 1726. Declarado Doctor Místico de la Iglesia por Pio XI en 1926 y en 1952, los poetas españoles lo proclamaron como su patrono.
Como celebración del Adviento y las fiestas de Navidad, éste sitio web de la Fundación Santa Teresa de Ávila y las Ciudades de Dios, retomamos los comentarios del Padre Eduardo Sanz de Miguel OCD, sobre su ROMANCE DE LA ENCARNACIÓN:
Romance de la Encarnación (San Juan de la Cruz)
San Juan de la Cruz tiene unos precioso "romances" (poesías populares) en los que comenta el eterno proyecto creador de Dios y su realización en la historia. Al inicio está el diálogo en la intimidad de Dios: el Padre es feliz amando al Hijo y el Hijo es feliz recibiendo el amor del Padre y devolviéndoselo. El Espíritu Santo es el amor que circula entre el Padre y el Hijo, el mismo ser de Dios.
El Padre quiere crear seres que sean felices como él mismo lo es, amando a su Hijo y viviendo en intimidad con él. El Hijo quiere crear seres para que sean felices recibiendo el amor del Padre y amándole, como le sucede a él mismo.
El eterno proyecto de Dios es que sus criaturas puedan unirse con él, formar parte de su familia, ser la "esposa" de su Hijo. Por eso, también desde la eternidad el proyecto de Dios es que el Hijo se encarne, se haga igual a los hombres para poder unirse a ellos por amor y para llevarlos a sí.
Dentro de este proyecto, el Santo canta el momento de la encarnación (la anunciación a María) y al final también canta el momento del nacimiento de Jesús como plena realización del eterno proyecto de Dios: "El Hijo de Dios se hace hombre para que los hijos de los hombres lleguen a ser hijos de Dios.
En el siguiente video podemos escuchar la preciosa interpretación que hace un grupo argentino del romance que cuenta la visita del ángel Gabriel a la Virgen María y la la encarnación del Señor. Escuchándolo, nos preparamos para la fiesta de san Juan de la Cruz y para la próxima Navidad. Después del video les pongo la letra del romance.
(Narrador: coro)
en que hacerse convenía
el rescate de la esposa,
que en duro yugo servía
debajo de aquella ley
que Moisés dado le había,
el Padre con amor tierno
de esta manera decía:
(El Padre)
a tu imagen hecho había,
y en lo que a ti se parece
contigo bien convenía;
pero difiere en la carne
que en tu simple ser no había.
En los amores perfectos
esta ley se requería:
que se haga semejante
el amante a quien quería;
que la mayor semejanza
más deleite contenía;
El cual, sin duda, en tu esposa
grandemente crecería
si te viere semejante
en la carne que tenía.
(El Hijo)
justicia y sabiduría,
y la gloria que yo tengo
es tu voluntad ser mía.
Iré a buscar a mi esposa,
y sobre mí tomaría
sus fatigas y trabajos,
en que tanto padecía;
y porque ella vida tenga,
yo por ella moriría,
y sacándola del lago
a ti te la volvería.
(Narrador: coro)
Entonces llamó a un arcángel
que san Gabriel se decía,
y enviólo a una doncella
que se llamaba María,
de cuyo consentimiento
el misterio se hacía;
en la cual la Trinidad
de carne al Verbo vestía;
y, aunque tres hacen la obra,
en el uno se hacía;
y quedó el Verbo encarnado
en el vientre de María.
Y el que tenia solo Padre,
ya también Madre tenía,
aunque no como cualquiera
que de varón concebía,
que de las entrañas de ella
él su carne recibía;
por lo cual Hijo de Dios
y del hombre se decía.
Y quedó el Verbo encarnado