La Ciudad de Dios de Villa de Leyva

 

MARIÁPOLIS  en la Ciudad de Dios de Villa de Leyva

23 al 27 de junio de 2014

Dios ha querido regalar a la Iglesia y a la humanidad, en estos tiempos difíciles que vivimos todos, el carisma de la Unidad, fruto de la vivencia en concreto del amor, promesa de Jesús de que cuando “dos o más se reúnen en mi nombre allí estoy yo”. Esto genera la experiencia del amor recíproco, haciendo que cada uno esté dispuesto a amar, amar siempre, amar inmediatamente, amar con gozo. No es un amor cualquiera, es amar con el amor de Jesús estando dispuestos a amar como él, es decir, amar hasta el extremo entregando la propia vida para que el otro tenga vida en el Señor. “amaos los unos a los otros como yo os he amado”, nos dice el Señor. Este es un gran reto y propuesta de vida y paz para toda la humnidad
Chiara Lubich ha sido la elegida por Dios para ser depositaria de este carisma que bien supo transmitir a todos, desde su vida, testimonio y desde una palabra ungida que permeó el corazón y la estructura de iglesias, instituciones, religiones diversas e incluso espacios conformados por personas no creyentes.

Con sorpresa y mucha alegría recibimos la visita y propuesta de un grupo de focolarinos para hacer la Mariápolis de este año en nuestra Ciudad de Dios de Villa de Leyva. No sabíamos cómo iba a ser posible acoger a tanta gente, pero el milagro del amor y comunión todo lo logran.
Con inmensa alegría y gratitud hemos recibido alrededor de 200 personas venidas de diferentes lugares de Colombia y de otros países para celebrar la Mariápolis.
La Ciudad de Dios ha sido adoquinada y justo ha coincidido la terminación de las obras con este evento, de tal manera que todo ha transcurrido en mucha armonía, paz y belleza. Los espacios de la Ciudad de Dios han resultado hermosos, amplios y acogedores.

Todo ha estado perfectamente coordinado. Los focolarinos responsables de cada aspecto han respondido con inmenso amor y profesionalismo, de tal manera que todo fluía con naturalidad, armonía y belleza. Es impactante escuchar los diferentes y ricos testimonios de todos los participantes, entre otros, la presentación que los miembros que conformamos la Ciudad de Dios fueron narrando, refiriendo la manera cómo el Señor los fue trayendo a la Ciudad de Dios para vivir esta experiencia de amor y comunión. Muy hermoso el testimonio de grandes y pequeños, regalándonos sus vivencia cotidianas y también la manera cómo vivieron su Mariápolis en este lugar y lo que Dios había hecho en sus vidas en estos días de aprendizaje y comunión
Con gran cariño les compartimos las ya tradicionales empanadas de la Fundación Santa Teresa de Avila, que se venden los domingos a la salida de las misas en la iglesia del Carmen, y que han sido una bendición de Dios como fuente de ingresos permanente para el desarrollo de esta obra. Al parecer les encantaron a todos. Ha coincidido la realización de la Mariápolis con la realización del Mundial de Futbol. En familia vimos el partido de Colombia contra Uruguay en entre todos hemos compartiendo las emociones y alegrías de este acontecimiento, incluído un testimonio hermoso de Susana, focolarina uruguaya, que celebró con nosotros esta gran expectativa, afirmando con certeza las palabras de Chiara: “amar la tierra del otro como si fuera la propia”
Nos quedó una sensación muy grata de la presencia de los focolarinos en la Ciudad de Dios, sintiendo que fue el paso del Señor por nuestras vidas, dejándonos y un sentido de comunión grande entre nosotros.
Entre otras cosas, con generosidad nos dejaron un buen aporte económico, que nos sirvió muchísimo, justo para pagar la nómina de ese mes, pues de lo contrario no habíamos tenido con qué cubrir este gasto. San José siempre se las arregla para ayudarnos.
Damos gracias a Dios por regalarnos esta bella vivencia de comunión y unidad y la presencia de nuestros hermanos focolarinos que tanto bien hacen a nuestro espíritu, recordándonos lo esencial en la vida que es la vivencia del amor.

 

 

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